Así como se titula la novela de Ernest Hemingway, en la que se relata el romance y drama: entre un soldado y una enfermera en medio de la guerra. Otro título y otro drama, se viven en Bogotá a causa del terror y la muerte que provocan las armas de fuego "Se prohibe el porte de armas las 24 horas" es el título del capítulo, sugerido por el nuevo alcalde; Gustavo Petro.
Un arma es un instrumento capaz de causar daño, en un principio su utilidad servia a labores de caza. Pero debido a la intolerancia y desigualdad, contrarias a los instintos humanos- que todavía no comprendo-; la misma intolerancia y desigualdad que obligaron a Cain a matar a Abel; las armas comenzaron a servir al ejercicio de la violencia. Una de las principales críticas a el anuncio de Petro, parece desconocer esta historia; pues su principal argumento se basa en que, las armas con salvoconducto funcionan al servicio de la defensa. Me encantaría que eso fuese así, pero la defensa que proponen las armas legales es; el ataque, es decir matar al otro. No todas las personas que tienen armas legales tienen entrenamiento para usarlas, además una ciudad segura es aquella donde no sea necesario andar armado.
Los delincuentes en su mayoría no usan armas legales. Y no creo que esta prohibición haya sido pensada, para acabar con la delincuencia, de ser así, esta muy mal diseñada. Para acabar con las bandas criminales, se necesitan otro tipo de medidas. Dejar las armas se trata de una política pública, que busca reducir el número de homicidios, no sólo los delincuentes incurren en homicidios. Una riña de borrachos, la oscura rabia producida por sentimientos pasionales o un accidente de transito; son focos donde fácilmente las armas pueden ser usadas, para generar violencia directa e indirecta. La ausencia de armas en estas situaciones puede prevenir, aunque no todas, sí muchas muertes.
De las muerte producidas en el 2011 un 81% fueron con armas de fuego, se estima que el 30% con armas legales - aunque diferentes columnistas tienen cifras distintas- Un estudio realizado por la Pontificia Universidad Javeriana, revela que a partir de la prohibición de armas en 18 departamentos y capitales, entre diciembre de 2009 y enero de 2010 se evitaron por lo menos 180 muertes.
Así que en vez de discutir, si es competencia del alcalde o de las brigadas, aprovechemos para plantear el debate y sus posibles consecuencias. Aunque no voté por Petro, reconozco que es una buena política, similar a la hora zanahoria de Mockus, la prohibición del alcohol después de las 11 de la noche, pues es es una política busca disminuir indices y salvar unas cuantas vidas.