domingo, 13 de mayo de 2012

¡Qué a los periodistas no nos crean tan pendejos!

El secuestro del periodista Romeo Langlois, el pasado 28 de abril por el frente 15 de las Farc, ha conmocionado al gremio de los periodistas en Colombia. En cuanto a la ola de críticas y opiniones que suscitó este hecho, no podía quedar sin pronunciarme desde esté espacio.

Colombia es un país que presenta conflicto armado y desigualdad, características especiales que permiten desarrollar un buen periodismo, no existe ningún protocolo claro para cubrir la guerra aquí ni en ninguna parte del mundo; desgraciadamente el periodista que se anime a relatar el conflicto tiene que arriesgar su vida. Basta ver las imágenes de los periodistas colgados en un puente de mexico, para darse cuenta de lo peligroso que es el oficio.

Lamentablemente la página web de las Farc, Anncol, se encuentra deshabilitada y no pude leer sus comunicados. Pero en declaraciones de una cuenta de twitter que se le atribuye a las Farc, me sorprende como el periodista Romero, es calificado como "prisionero de guerra". No sé cómo un periodista que se enfrenta a multinacionales , represente un peligro para las Farc. "Su preocupación ha sido la de mostrar la realidad de las víctimas y de las comunidades más necesitadas, contrario a otros periodistas que sólo hablan con oficiales o hacen sus trabajos desde la comodidad de sus escritorios". Afirma el fotógrafo Stephen Ferry

También me sorprenden las declaraciones del expresidente Alvaro Uribe, quien afirma que Romero es un periodista grosero. Como si ser grosero fuera un requisito para estar secuestrado, como si Uribe nunca hubiera sido grosero con Santos, las cortes, la izquierda, como si sus tweets no contuvieran adjetivos o juicios de valor. 

El único comunicado que pude leer fue la carta de Ivan Marquez a María Jimena Duzan. Y de nuevo me encontré con términos que me aterran; la carta comienza muy poética haciendo memoria histórica, mencionando los males de Colombia (minería, daño ambiental, perdida de la soberanía). En fin las banderas de la extrema izquierda, hasta ahí las Farc conservan el estilo de sus comunicados. El cinismo comienza cuando expresan sus deseos por la "regularización de la guerra" ¿Cómo alguien puede regular la guerra cuando esta conlleva a la violencia y muerte de inocentes? ¿Acaso regular la guerra es una especie de eufemismo que quiso decir "matar menos gente"? Algo prepotentes los señores de las Farc. También se refieren a "hacer menos dolorosas sus consecuencias" ¡Qué considerados!

Definitivamente las Farc tienen que liberar a Langlois, y tener claro que no están en capacidad de exigir un debate sobre la libertad de prensa, aunque esta se deba dar. Pasan los días y me preocupa que aumenten las pretensiones de las Farc.

 (Vladdo en Semana edición 1567)

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Los invito a estar pendientes de esté debate propuesto por el senador Armando Benedetti